Siguiendo la línea de autoficción, “La ira de Narciso” es un monólogo a la primera persona que relata la estadía del autor en la ciudad de Liubliana a donde es invitado para dictar una conferencia magistral sobre el célebre mito de Narciso. Teniendo como único decorado la lujosa habitación 228 del hotel en donde el autor se encuentra alojado, el texto nos narra los últimos preparativos de dicha conferencia al mismo tiempo que nos narra también los distintos encuentros que el autor mantiene en su habitación de hotel con un joven esloveno que acaba de conocer. A medida que la pieza irá avanzando y a partir del descubrimiento en la moquette de la habitación de una inquietante mancha de sangre que es imposible de limpiar, el relato de la estadía profesional y de los encuentros nocturnos irá dando lugar a la aparición de una intriga policial negra que lentamente empezará a develar los detalles macabros de un crimen extremadamente violento que ha sucedido en esa misma habitación de lujo. Alternando sutilmente tres de los modos de enunciación solitaria que son la narración, la conferencia y la confesión, “La ira de Narciso” es un trayecto fascinante y arriesgado que de a poco nos va adentrando en el laberinto confuso del yo, del lenguaje y del tiempo, a la vez que irá abordando temas como la creación, la soledad, la muerte, la sexualidad, la adicción, la separación, la desesperanza, la belleza, el lenguaje, el tiempo y el yo.
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